AYER DESEO AYER REALIDAD
A diez años de la edición de
"Hermética", a cinco de su polémica separación. Los números
redondos vuelven a ser apenas una excusa para revisar el recorrido y la huella
de la banda que reunió como ninguna el sentir del público metalero argentino.
La misma banda que atraveso
todo límite, pero que cayó ante su propia fragilidad...
Hoy se nombra a Hermética y las imágenes se
disparan casi instantáneamente. Gente, mucha gente, calor, emoción, polenta,
sentimiento. Sí, esa palabra tan usada y gastada (hoy aquello de "es un
sentimiento..."se lo cantan hasta a Luis Miguel) parecía caerle como
anillo al dedo a la relación que unió a la banda con la gente, a la gente con
su banda. Sabemos que la música en general, y el rock en particular, significan
mucho más que la música misma. Que expresan, disparan, y generan un montón de
sentimientos y sensaciones mucho más ricas. Mucho más complejos . Hermética
permitió entender ese mecanismo acaso con muchisima más claridad que la
mayoria de las bandas argentinas. Tratando de no caer en sensacionalismos o
golpes de efecto. Alguien cree que Hermética hubiera llegado a significar todo
lo que significa sin esa relación que creó con su gente?
Desde abajo
Hermética empezó desde abajo. desde bien abajo.
Ninguna compañía discográfica nacional, internacional o independiente se
disputó su concurso.
Tampoco hubo hordas desesperadas de fans rasgándose
las vestiduras para saber de qué se trataba. No existieron mayores
espectativas, simplemente ganas, muchas ganas de hacer y decir y a partir de ahí
empezó todo... Corría 1987, la separación de V8 ya era un hecho y Ricardo
Iorio no estaba dispuesto a quedarse de brazos cruzados. Primero buscó a un
guitarrista. El primero elegído fue Martín Knye (ex-LZ2 y Kamikaze) con quien
ensayó en más de una oportunidad, pero la cosa no funcionó. El segundo
intento. en este caso, sería la vencida. Se trataba del "Tano" Romano
(ex-Cerbero y alguna vez postulante para V8). El resto de la banda no tardó en
agruparse; Fabian Spataro (ex-Mark) se hizo cargo de la batería y Claudio O'
Connor (otro ex-Mark) de la voz. Una vez delineada la formación, empezaron los
ensayos en una sala de Villa Ballester. Sólo faltaba el nombre de la banda, que
según explicó Iorio más tarde a Madhouse hacía referencia a un "metodo
muy antiguo".
"Sepulcro Civil",
"Masa Anestesiada" y "Craneo Candente", fueron los
primeros temas que vieron la luz. Para el debut en vivo habría que esperar
hasta el año próximo. ue recién el 7 de mayo de 1988 en el pub Helloween de
San Martín que Hermética pisó por primera vez un escenario. El playlist sumó
las flamantes composiciones y un puñado de clasicos de V8. Meses después se
produce el primer cambio de baterista; Fabián Spataro deja su lugar por motivos
sobre los cuales las partes nunca se pusieron de acuerdo, y llega el ex-Motor V,
Tony Scotto.
Interpretes de los ' 90s
Durante el ' 89 el cuarteto siguó asentándose. Si
bien la escena por aquel entonces era mínima y la situación economica del país
peor que la actual, Hermética seguía tocando y de a poco se ganaba un nombre.
Pero la noticia más trascendente del año fue la propuesta del recientemente
creado sello Radio Trípoli para el álbum debut. Todo un acontecimiento por
aquellos tiempos debido a la recesión y las dificultades estructurales del género.
Una vez aceptada la propuesta, la banda entró a grabar en el estudio Sonovision
con el hoy reconocido Alvaro Villagra. En noviembre de ese año, "Hermética"
(todavía en vinilo y en casette) vio la luz. Probablemente sin darse cuenta,
Iorio & Cía. le habían dado vida a uno de los trabajos más apreciados y
queridos del movimiento pesado argentino. No brillaba la producción ni la
calidad de sonido, pero se notaba que había una banda con mucho para decir y
una fuerza desbordante. Durante el ' 90 se produce la primera salida de la banda
al exterior -en el verano, a Uruguay- y las fechas seguirían sumándose. El
hecho más representativo es la grabacion del EP de covers, "Intérpretes".
Lo grabaron en octubre en los estudios Aguilar con el "Pajaro"
Randazzo y en apenas 27 horas. "Me dijeron: tenés 27 horas para grabar o
no tenés nada. Y me quedé con las 27 horas", aclaró Iorio por quel
entonces.
No eran momentos oportunos para grandes
pretensiones. El ´91 fue un año de grandes movimientos. La edición del disco
debut y el EP -Más tarde reunidos en un solo CD- y la vocación de la banda de
tocar como se pudiera, pero tocar lo más posible, empieza a dar sus frutos. Si
el Arlequines se había transformado en un reducto obligado, la demanda exigía
que era el momento de dar un paso hacia adelante. Sí, en esa época también
había pocos lugares para tocar, pero lo que necesitaba Hermética existía y se
llamaba Cemento. Como dato de color, para sumar en sus economías (por aquel
entonces de subsistencia) Iorio pone un local de canje y ventas de instrumentos
en la incipiente galería Bond Street llamado "El perro de Hierro", y
O' Connor hace lo propio en la misma galería, pero con "Nautilus", un
acuario. A los pocos meses los dos debieron bajar las persianas. A mediados de año
se produce el segundo y último cambio de alineación. Las diferencias con Tony
Scotto se hacen inmanejables y la ruptura obligada. Su reemplazante es nada
menos que Claudio "Pato" Strunz, dueño de la sala donde el grupo
ensayaba y parener de zapadas ocasionales. Casi de inmediato se producen dos
sucesos significativos. La banda empieza a provocar cierta curiosidad en el
ambiente no pesado y es convocada a tocar en el programa "Siglo XX
Cambalache" donde interpreta una versión del tango de Discepolo que habían
grabado en "Intérpretes". Días después, con un Strunz recién
estrenado, se metieron en los estudios Aguilar para registrar el segundo álbum
de la banda. Esta vez con un presupuesto bastante superior -que les alcanzó
para utilizar un paquete de 150 horas- grabaron el mítico "Ácido
Argentino", el disco que terminaría marcando un antes y un después para
el cuarteto.
Evitando El Ablande
El ´92 subrayó la tendencia firme de crecimiento
y la banda siguió presentándose en vivo cada vez con mayor frecuencia. Ese
mismo año les guardó a los cuatro Hermética un recuerdo imborrable. El 4 de
julio se dieron el gusto de telonear a Black Sabbath en Obras. Y como si no
hubiera sido suficiente tamaña distinción (recuerden que por aquellos años
las visitas de bandas extranjeras seguía siendo una rareza), cuando promediaba
el show de los británicos Dio pidió un aplauso para Hermética, los
reflectores enfocaron a los cuatro sentados en la platea y todo el estadio -con
los Sabbath incluidos- los ovacionó. Un momento unolvidable y un adelanto de lo
que estaba por venir. En octubre se darían otro gusto similar, pero esta vez
con Motörhead. Después de un fallido show en Paraguay (hasta donde viajaron
pero finalmente no pudieron tocar) llegaría la última fecha del año el 19 de
diciembre en Cemento.
En enero del ´93 empezaron con una gira por el sur
del país que los llevó por San Antonio Oeste, Trelew, Comodoro Rivadavia, Bahía
Blanca y Rauch. En marzo la creciente popularidad de la banda encontró su justo
correlato en la obtención de un disco de oro por las ventas de "Ácido
Argentino". Las fechas se hacían cada vez más frecuentes, y la
convocatoria más grande. Así se sucedieron fechas por el Gran Buenos Aires, un
frustrado show con Megadeth que Munstaine suspendió por problemas de salud
(drogas, bah), Chaco, Misiones, Corrientes, y Rosario. Si Argentina termina en
la General. Paz, Hermética había sacado patente de conocer mejor que nadie ese
enorme país anónimo que lo rodea. El 15 de mayo de ese año tocan por primera
vez en Stadium, un reducto de mayores dimensiones que Cemento que se transformaría
en la segunda casa de la banda. En esa oportunidad se grabó el show que terminó
inmortalizándose en "Hermética en Vivo, 1993, Argentina", y también
en un video. Hasta el último segmento del año siguieron sucediéndose las
fechas unas a otras, y en octubre entraron a grabar "Victimas Del
Vaciamiento", tercer y último álbum de estudio de la banda. Un trabajo
que los muestra menos veloces, pero con un sonido superior y composiciones más
trabajadas.
Vïctimas Del Vaciamiento
Si el ´94 marcó con Stadium y el Monsters Of Rock
(junto a Sabbath, Slayer y kiss) un claro piso de superación, la cosa no
terminaba ahí. Las giras (una de las mejores costumbres de la banda) resultaban
cada vez más trascendentes, la radio ya no miraba con tanta desconfianza, y en
Capital ese crecimiento desmedido desembocó en la obligación de pisar Obras.
Fue el 12 de diciembre y resultó una noche espectacular. Demoledora. Con Hermética
disfrutando de su mejor momento y la gente delirando. Pero la fiesta
supuestamente no iba a quedar ahí. Para el 30 de diciembre había programada
otra fecha que repentinamente fue suspendida por una aparente hepatitis B de
iorio. Se había desatado la crisis interna y el sueño estallaba en mil
pedazos. La última fecha de Hermética fue el 18 de diciembre en la discoteca
Go! De Mar del Plata. Las relaciones internas ya estaban echadas a perder y no
quien pudieran hacer algo... Después, la historia conocida. Odios, broncas,
rencores. Acusaciones cruzadas. Polémicas. Tres discos póstumos en vivo.
Almafuerte y Malón. Pero esa es otra historia. Hermética, la H, a pesar del
triste y solitario final que le escribieron sus principios protagonistas, dejo
una huella indeleble en la historia de la música pesada argentina. Y eso no hay
pelea o discusión que pueda borrarlo.
VENCEDORES VENCIDOS
Probablemente este sea el mejor momento para analizar el alcance y la
importancia de Hermética. Librados de la mitopía de la inmediatez y todavía a
salvode la lupa de la nostalgia, no suena descabellado suponer que Hermética es
la banda argentina de Heavy Metal
Por personalidad, carácter, y sobre todo
por hacer de la nada. Hermética encarnó como nadie a la música pesada en
Argentina. Ese movimiento que se hizo carne en tanto joven marginado de
verdaderas oportunidades, de pocas monedas, pero con la necesidad de gritar al
menos tres o cuatro verdades antes que irse a olvidar del mundo en una bailanta
de Constitución. Si hoy nos quejamos de un movimiento cada vez más chiquito,
estrangulado porque no hay guita para entradas ni discos, no hay lugares para
tocar y porque las nuevas propuestas -salvo al ruedo no había ni con quién
compararse.
La edición del disco de una banda pesada
local era un acontecimiento casi fantastico, de años. Cuando se habla de
empezar de abajo, se dice cargar equipos, tocar para 20 conocidos y perder
plata. Hermética, antes que decirlo, demostró que se hace camino al andar y
andando hizo una carrera como nadie jamás había imaginado. Y en ese recorrido,
hasta le dio un lugar definitivo a V8. Es dificil pensar en el mito V8 si la
presencia de Hermética no lo hubiera redimensionado. Y esa audacia de tocar en
todos lados tuvo su justo correlato en lo artistico. Con torpezas innegables y
muchas veces maltratando su propio trabajo, Hermética demostró tener la
suficiente autoridad como para alcanzar lo que todos los músicos ansían y la
mayoría -por más ilustrada que esté- no logra: una personalidad claramente
reconocible. La guitarra inculta y monolítica de Romano, la voz al borde del
resquebrajamiento de O´ connor, la técnica de Strunz (el mejor baterista que
tuvo el cuarteto) y la pluma de Iorio (la más emblemática del género y de las
más logradas del país) le dieron vida a una banda, la música, y después al míto.
Y de paso alimentó un sueño, ese de los
"negros y grasas, pero conchetos no" que con toda la trusteza que
implica asumirlo, tenían su hora y pico semanal de "justicia social"
entre cuatro paredes y con la música de Hermética de fondo. Si V8 significó
para la Argentina la piedra fundamental del metal en castellano. Hermética fundó
el metal pesado argentino, le dio identidad y rasgos diferenciales. Después, lo
que se hizo en su nombre, ya es otra cosa. Hermética fue todo eso y miles de
tipos que traspiraron, se magullaron y lloraron con los cuatro de ahí arriba. Y
después sí, como dijo el mismo Iorio, se vino el "amasijo de un gran sueño".
Ojalá que nunca vuelvan a juntarse, dificilmente le hagan justicia al mito
(S.F)
Sebastián
Feijo